miércoles, 25 de septiembre de 2013

BREVE RESEÑA DE LA MEDICINA EN NICARAGUA I

BREVE RESEÑA DE LA MEDICINA EN NICARAGUA Por: MARIANO MARIN P. “Dedicado al Dr. Ricardo Estrada Martínez, que me alentó a escribir esta breve reseña histórica de nuestra medicina y sus actuales problemas.” La enseñanza de la Medicina en Nicaragua se inicia en 1798, en el Colegio Seminario de San Ramón, en León, bajo la influencia de las concepciones escolásticas que predominaban en la metrópolis colonial y que consideraban a la enfermedad como castigo a las impurezas del alma. Sin embargo, con el tiempo, surgen concepciones más novedosas que dan origen a una medicina de carácter más científico. Se desarrolla la clínica, y con ello la Facultad de Medicina, la cual adopta el sistema de la universidad napoleónica, empezando a otorgar el título de Doctor en Medicina, en 1893. Ha más de 200 años de haberse erigido como el primer centro de educación Superior en Nicaragua, la Universidad Nacional Autónoma aún es considerada como uno de los baluartes más importantes en la historia nacional, formando desde la labor científico-educativa a hombres y mujeres impulsores de cambios en nuestra sociedad. UNIVERSIDAD DE ORIENTE Y MEDIO DIA - GRANADA La universidad y facultad de medicina en la ciudad de Granada nace con el decreto de Benjamín Lacayo Sacasa y no fue emitido en Consejo de Ministros ni se publicó en La Gaceta, situación legal que se contemplaría entre las razones que hicieron desaparecer las dos facultades —Derecho y Medicina— que existían desde 1918, cuando fue creada por decreto del 13 de febrero de ese año la Facultad de Medicina, a iniciativa del doctor Juan José Martínez. Esta facultad comenzó a funcionar en mayo de 1918 con cargos servidos ad-honorem, de manera que a fines de 1925 tenía al doctor Martínez de decano, y el 26 de diciembre de 1926, en plena guerra civil, se habían examinado ordinariamente cinco alumnos de primer año, cuatro de segundo, tres de tercero, dos de cuarto, otros dos de quinto y dos más de sexto. A los últimos le fue concedido el título de doctor, una vez que aprobaron sus exámenes generales, privados y públicos. El mismo informe agrega que en la Escuela de Dentistería —de la misma Facultad— no había estudiantes ni graduados, solamente incorporados, y que en la de Farmacia habían rendido exámenes veinte alumnos de primer año y dos de segundo, graduándose tres de farmacéuticos. También añadía el informe: “Por tener que ausentarse del país el señor decano de esta Facultad, doctor Juan José Martínez, se hizo cargo de dicha decanatura, el vicedecano doctor Germán Arellano. El 10 de julio de 1926 todavía desempeñaba ese cargo por no haber regresado el doctor Martínez. La asistencia de los estudiantes como la de los profesores ha sido satisfactoria, hasta ha sido posible por la situación anormal, pues muchos alumnos y profesores han tenido que salir al campo de las operaciones militares”. Los cinco catedráticos de la Facultad recibían 280 pesos mensuales, y el resto del personal —un escribiente, un proyector de Anatomía en la sala de disección y el bedel, más el pago a la luz eléctrica y el agua del edificio— 30 pesos. Interrumpida por la guerra civil de 1854 y por la guerra nacional anti filibustera (1855-57), la Universidad volvió a funcionar modestamente en 1858. En 1871 se transformó en Academia Científica, y en 1879 de nuevo en Universidad, pero no llegó a funcionar, excepto su Escuela de Derecho y Notariado. De manera que en 1895 data la tesis más antigua que se conserva: la de Estanislao Vela. Tres licenciados se destacaron entonces como catedráticos: José Miguel Osorno, el citado Vela y Salvador Meza. El 6 de enero de 1901, durante la Administración de José Santos Zelaya, la Escuela fue reglamentada con las facultades de León y de Managua, establecida el 18 de julio de 1896. En Granada La Universidad De Oriente Y Medio Día continúo trabajando sus facultades de las distintas disciplinas establecidas hasta los finales de la década de los cuarenta que por diferencias entre el gobierno y la sociedad granadina decidió hacerse un decreto de ley del ejecutivo que trasladaba la UNIVERSIDAD NACIONAL a LEÓN. Para la década de los 50, gracias a gestiones de varios intelectuales y profesores, si como diputados y senadores de la república, y en especial al Dr. Mariano Fiallos Gil, “Padre De La Autonomía”, se conquista al fin la autonomía universitaria convirtiéndose en UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE NICARAGUA (UNAN) y se inicia un modelo desarrollista y liberal de la educación superior. En el campo de la medicina se introduce el modelo flexneriano el cual modifica el esquema napoleónico, dando paso a la norteamericanización de la enseñanza: aparecen los departamentos, se desarrollan las ciencias básicas y la formación del médico se centra en el ámbito hospitalario. Pero citando al reconocido escritor, investigador, historiador y poeta, Dr. Jorge Eduardo Arellano, quien consultó casi unas 200 tesis doctorales, registradas en los tres tomos de la Nicaragua National Bibliography, y otras conservadas en cinco tomos empastados pertenecientes a su padre, Felipe Arellano Cuadra (1918-1997), graduado de doctor en Leyes en 1945 con la tesis “Habeas Corpus”. Esa cantidad demuestra la existencia de la Universidad de Granada, llamada de Oriente y Mediodía, durante la primera mitad del siglo XX. Nueve fueron de cirujanos dentistas, 45 de farmacéuticos, 48 de médicos, cirujanos y obstetras, más unas 80 de abogados y notarios; en total: 184. He aquí algunos de los autores de las tesis de cirujanos dentistas: Ulises Aguilar, Fernando Alaniz Balladares, Luis Downing Urtecho (la más extensa: 463 páginas, impresa en 1940), José Marenco Vargas, José Robleto Talavera y Julio Romero Solaris. Los farmacéuticos que defendieron e imprimieron las suyas fueron Guillermo Abella Monterrey, Eduardo Alaniz Vivas, Narciso Arévalo Barillas, Lucas Argüello, Luis Eloy Baltodano, Juan Antenor Berríos Roque, Lorenzo Campos Amador, Arnoldo Chávez, Francisco García Alvarado, José Miguel Gómez A., César Guerrero Lejarza (más tarde propietario de la Farmacia Xolotlán en la capital), Ernesto Guerrero Pineda, Tomás Guevara Enríquez, Orlando Gutiérrez Parodi, Alfonso López Pineda, Juan José Malespín, Luis Martínez Salinas, Orlando Morales Urbina, Alfonso Pérez Solórzano, Tomás Ramírez Brown, Libia Rugama Núñez (la única mujer, graduada en 1928), Manuel Sandino Sequeira (por muchos años director del Instituto Nacional de Oriente), José Francisco Silva (hermano mayor de Fernando Silva, el poeta y narrador), Francisco Solano Gómez, J. A. Ugarte Valladares, Antenor Ulloa, Gregorio Ulloa, José del Carmen Urbina Sáenz, Edmundo Vado y Vado, Alfredo Vargas Gutiérrez, Guillermo Vargas Sáenz e Ildefonso Vivas Montiel. A los anteriores siguieron los médicos, cirujanos y obstetras: Benito M. Acevedo, Hugo Alvarado Lozano, Gustavo Álvarez Morales, Rodolfo Argüello Cerda, Barbosa Navas, Manuel Barquero Jarquín, Numa Ignacio Barquero Juárez, José Vicente Castillo B., G. Cuadra Argüello, Gilberto Cuadra Lacayo, Silvio Cuadra Sáenz (hijo predilecto de Granada y todavía atendiendo a sus pacientes), José Simón Delgado, Pedro J. Delgadillo Sánchez, Emilio Flores Obregón, Horacio Fonseca M., Julio Gómez Alguera, Eduardo Gómez Mejía, Servio A. Gómez, Benicio Guerrero, Lorenzo Guerrero (Presidente de la República: 1966-67), José María Guzmán López, César McNally, Guillermo Marenco, Héctor Mena Guerrero, Ernesto Miranda Garay (autor de la obra Folclore Médico Nicaragüense, y de muy grata recordación), José María Morales, Evaristo Ocón, Alfredo Ortega Urbina, Rodolfo Pérez Torres, Reynaldo Ponce de Ávalos, Medardo Robleto Henríquez, Fernando Robleto Gallo, Alejandro Robleto Pérez, Augusto Santos Pineda, José Antonio Solórzano Bermúdez, Antenor Talavera Noguera, Alberto Trinidad Solís, Alberto Tuckler Noguera, Julio Vega Abarca, Manuel Vela Sandino, Adolfo Velásquez Prieto, César Arturo Vijil y Santos Alberto Zúñiga. De nuestra familia, sabemos que el Dr. CARLOS ESTRADA ROMERO, ejerció como catedrático, muchos años en la Universidad de Oriente y Medio Día-Granada, estudió Medicina en Guatemala en la Universidad San Carlos Borromeo. El DR. JUAN CARLOS ESTRADA ROMERO, (hermano), ejerció en la medicina familiar y social, tanto en Managua como en otros departamentos, estudio la Universidad Nacional Del Salvador, y abuelo del Dr. RICARDO ESTRADA MARTINEZ, Especialista en Neurocirugía, que ejerce en Nicaragua y los Estados Unidos, Miembro de la Asociación De Neurocirugía en los mismo E.E.U.U. (fotos abajo con familia e hijos: Carl y Edward,) Así mismo, el DR. CARLOS ESTRADA SAENZ (hijo, de Carlos Estrada Romero, pasó parte de su ejercicio médico en Santiago de Veraguas, Panamá hasta su fallecimiento), su hijo el DR.LUIS ESTRADA BROWN, también ejerce en Santiago de Veraguas donde tiene su clínica, mi tio Carlos, quien también estudio en la Universidad De Oriente Y Medio Día – Granada. Con él también ejercieron la medicina sus cuñados, los Doctores: Orlando Castillo y Guillermo Ortega, uno de Managua y el otro de San Marcos, Carazo. Todos ellos se entregaron a su noble profesión y formaron parte del cuerpo docente de la Universidad de Oriente y Medio Día, sin esperar más que el poder servir a sus alumnos y pacientes, a enseñarles a unos y a los otros curarlos sin ánimos de lucro ni de enriquecimiento, el Dr. Rene Sandino Arguello (q.p.d) me contaba hace tiempo, como mi tío Carlos Estrada Romero, impartía sus clases aun desde el atrio de San Francisco, y su entrega para la enseñanza y el servicio a sus enfermos, pobres o ricos. Sin esperar nada a cambio, más que la satisfacción de poder ayudarlos y curarlos. Posterior al traslado de la universidad a León, los estudiantes de todo el país se trasladaron a vivir sus años de estudio a esa ciudad y la convirtieron en lo que aun actualmente le llamamos “La Ciudad Universitaria”. Ya para 1972, se establece el Nuevo Curriculum de Pregrado, teniendo como base las unidades integradoras alrededor de centros de interés y el paradigma de Leavell y Clark sobre la historia natural de las enfermedades. Otro aspecto importante en esta innovación, fue el haber establecido, como factor fundamental para el desarrollo de este Curriculum, el contacto con la comunidad desde los primeros años de la carrera. Sin embargo, no se crearon las condiciones necesarias para la implementación de este modelo el cual se enfrentó a una serie de problemas para su desarrollo, tales como: reducido número de docentes los que, además, tenían funciones asistenciales; falta de divulgación y de compenetración de las bases teóricas y la inexperiencia del profesorado en este tipo de enseñanza, lo que creó una gran resistencia al cambio. A partir de 1976 se empieza a trabajar en un cambio curricular en cuanto a objetivos contenidos y metodología, pero no se profundiza en él debido a las condiciones políticas existentes en el país. Las principales características de la educación médica durante este período, se refieren a la introducción de las Ciencias Sociales en el abordaje del proceso salud-enfermedad, la multidisciplinariedad, la participación comunitaria y el mejoramiento de la calidad de la enseñanza en las Ciencias Básicas y en Área Clínica. Sin embargo, la implementación satisfactoria de estos cambios se vio afectada por una serie de problemas, tales como falta de coordinación entre la Facultad y el Ministerio de Salud, deficiencias presupuestarias; carencia de recursos humanos y materiales, etc… En 1979, habiendo cambiado totalmente las condiciones del país, se hizo necesaria una transformación curricular global en la Facultad. Se creó un plan de estudios de transición en el cual desaparecieron las unidades integradoras, se organizaron los conocimientos en materias y bloques, estableciéndose la enseñanza de las ciencias básicas en los primeros años y en los dos años siguientes, la enseñanza de las ciencias clínicas, culminando con el internado cuya duración era de un año. Asimismo, se le dio más énfasis a la enseñanza de la Medicina Preventiva y se inició el estudio de la realidad política del país. Se implementó, además, un año de Estudios Generales, previo al ingreso a la carrera, y se aumentó la cuota de ingreso de 140 a 220 estudiantes. Y vemos, con mucho pesar, ahora, lo que pasa con varios, y no pocos, “médicos”, jóvenes y mayores, que sin darles mucha importancia a su JURAMENTO HIPOCRÁTICO, tratan a sus pacientes, de manera desinteresada, inmoral e inhumana, y sin la dedicación académica correcta. Actitudes que han hecho perder el prestigio de nuestra medicina, la que anteriormente era reconocida en toda la región y podríamos decir a nivel continental. Consideramos y que parte de esto es la búsqueda de tener los ingresos económicos suficientes para el mantenimiento de tantas nuevas universidades creadas recientemente, que ofrecen “Facultad De Medicina” y también al conseguir permisos que les da el CNU, muchas veces, y me perdonan si nos es cierto, por amiguismo o por la “donación” que le dan al Consejo. He entrevistado a varios médicos de renombre y de gran experiencia con muchos años de trabajo en tan noble labor y piensa casi exactamente lo mismo. Ahora la pregunta es: ¿Cómo a pesar que la ciencia médica ha avanzado tanto, y las facilidades de estudio son mayores que las anteriores épocas, porque nuestra medicina en Nicaragua se ha mermado en calidad y servicio? Negligencia? Falta de interés? Yo que pierdismo? Mercantilismo? Optimistamente pienso que aún estamos a tiempo de poder volver a recuperar nuestro prestigio y podemos decir a ciencia cierta que, en el resto de Centroamérica, por lo menos, hasta hace unos años, no había un servicio médico de tanto reconocimiento, calidad profesional, y humanística. Y ahora que estamos escuchando el realizar un proyecto de “TURISMO – MÉDICO”, para traer beneficios a nuestra patria, y creo, sin tener aun preparada todas las condiciones para este proyecto, (que dicho sea de paso me parece un buen proyecto), debemos estar conscientes de que podemos hacer y que no podemos, y no quedar con la vergüenza de que se nos corran los pacientes-turistas, “al ruido de los caites”, como decimos en buen nicaragüense. Creemos haciendo un esfuerzo conjunto gobierno, pueblo, estudiantes y médicos, esta, que es una magnífica propuesta, se realice como debe ser. Completa, con profesionalismo, eficiencia, humildad y amor. Entonces creo posible que Nicaragua vuelva a tener un lugar en la historia de la medicina mundial, como lo tuvo anteriormente * Nuestro muy especial agradecimiento al Dr. Jorge Eduardo Arellano por permitirnos usar parte de sus estudios e investigaciones. *Biblioteca FACULTAD DE MEDICINA, UNAN-LEON. *Biblioteca Nacional, Managua. *Fotografías de la colección de Don Jaime Buitrago Gil. *Investigación de Campo, Textos y Entrevistas por Mariano Marín P.

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